Es la historia de un amor en cuotas. Dos jóvenes (Julie Delpy, Ethan Hawke) que prometieron, tras un encuentro fugaz, volver a encontrarse. No lo hicieron cuando se lo prometieron, sino años más tarde, en una segunda película. Y mañana llega la tercera, Antes de la medianoche. ¿El amor resiste el paso del tiempo? ¿La convivencia mata la pasión? La razón por la que llevó nueve años hacer Antes del atardecer y otros nueve Antes de la medianoche tiene más que ver con el cansancio que con un verdadero plan. Cuando hablé con el director Richard Linklater y Delpy, la palabra “arduo” se repitió muchas veces. “Después de la primera película, necesitamos nueve años para recuperarnos”, dijo ella. “Juro por Dios, que la gente ya pregunta si estamos planeando una cuarta y yo pienso: no quiero ni oírlo mencionar”. Antes del amanecer fue escrita por Linklater y Kim Krizan antes de elegir a Hawke y Delpy. La intención era lograr que una relación central pareciera lo más natural posible, de modo que una vez elegidos sus actores, los tres reescribieron la película juntos. La acción sigue a Jesse y a Celine toda una noche en Viena, mientras caminan y hablan y se enamoran. Por la mañana, cada uno vuelve a su casa solo, con el proyecto de volver a verse en seis meses. En Antes del atardecer, de 2004, Jesse y Celine no se ven desde Viena; él escribió una exitosa novela basada en la noche que pasaron juntos, y Celine aparece en la presentación que él hace en París. Ambos pasaron ya los 30, ella todavía está sola y él tiene un matrimonio poco feliz y un hijo en los Estados Unidos. Esta vez van hablando mientras caminan hasta el departamento de ella. El intercambio inicial de ideas para Antes de la medianoche empezó en 2010. La colaboración no parece muy distinta de las películas propiamente dichas. “Nos sentamos y hablamos y nos divertimos y disentimos y discutimos -dijo Linklater-. Antes del atardecer es una película más grosera y directa, porque éramos así entre nosotros, y eso continuó en Antes de la medianoche ”. Desde el comienzo, supieron que orquestar otro encuentro sería falso; que Jesse y Celine ahora tenían que ser pareja. La acción del filme transcurre el último día de unas vacaciones de verano de un mes en la isla de Creta. “El desafío era muy ambiguo -continúa Linklater-. La idea misma de romance después de cierta edad... hay que trabajar para conseguirla”. En la última escena de Antes del atardecer -una de las más románticas y cautivantes del cine moderno- Jesse (y el público) están rendidos a los pies de Celine. Y con Antes de la medianoche de golpe da la sensación de que toda la trilogía giraba secretamente alrededor de ella. Delpy es naturalmente combativa y graciosa y se ha vuelto más confiada, igual que Celine. “Al principio Richard me contrató, en cierto modo, porque quería que la voz femenina fuera una voz tan fuerte como la masculina. O más fuerte incluso -dice Delpy-. Al elegirme para el primer filme, me habló durante un rato y se dio cuenta de que era más fácil matarme que volverme dócil”. Linklater y Hawke aprendieron, agregó, que “si escriben algo aunque más no sea un poco misógino, me vuelvo loca. Y me miran con una sonrisa. Les encanta”. Antes de la medianoche contiene algunas escenas sorprendentemente largas de verborragia ininterrumpida, como por ejemplo una durante un viaje de regreso desde el aeropuerto, donde Jesse dejó a su hijo. De inmediato, a Jesse le preocupa estar perdiendo a su hijo; Celine sospecha que le propondrá mudarse a Chicago, lo cual frenaría aún más su carrera como activista ecológica. Es increíble ver la hábil coreografía emocional, la casi -pero no total- tensión, pese a lo difícil de llevar adelante. “La escena del auto son 14 páginas de diálogo, y no hay cortes, o sea que si te confundís, hay que empezar de nuevo -dijo Delpy-. En esas escenas tengo palpitaciones”. Otra escena de ese tipo es la pelea por Henry Miller, que se desarrolla en la habitación de hotel de Jesse y Celine. “¿Se refiere a cuando tengo mis tetas de 43 años colgando?”, me preguntó Delpy cuando le hablé de esa escena, que se produce cuando Jesse y Celine empiezan a hacer el amor en el hotel, cortan y empiezan a discutir. Sin darse cuenta, Celine se olvida de ponerse el vestido y camina por la habitación, se recuesta en la cama y habla con su hijastro por teléfono durante unos cinco minutos, con el pecho al aire, como podría hacerlo una mujer de 43 años en la vida real, pero rara vez en el cine. Verla resulta sorprendente y a la vez liberador. Sin embargo, en el Festival de Sundance, donde se exhibió Antes de la medianoche, Delpy se sorprendió cuando una mujer objetó la escena, preguntando “¿No se siente usada mostrando sus pechos en la película?”. Delpy no se inmutó. “Yo pienso: mi madre hacía manifestaciones en los años ’60, en topless, diciendo que las mujeres son libres. Está bien, ¿qué es entonces la libertad?”. Es, señaló, no negar que las mujeres somos sexuales. “El sexo me interesa quizá más que a todos los hombres que he conocido -¡todos juntos!” Hizo una pausa, y luego se rió. “Con la persona indicada, por supuesto, no soy ninfómana. Necesito enamorarme, o sea que tengo una pequeña confusión. Soy perversa, pero de una manera romántica”. Criada en París, Delpy hizo su primer corto a los 12 años y a los 16 escribió su primer guión, que un editor francés le propuso convertir en una novela. “Nunca se hizo, pero me permitió confiar en mi narrativa”, dijo. “Después filmé una película con Sam Shepard” (Voyager), en 1991- “y le leí una frase del guión -¡una frase!- y me dijo: ‘Sos una chica linda. No quieras ser otra cosa”. Delpy se ríe. Más tarde, encontró un mentor en el director polaco Krzysztof Kieslowski, que a partir de 1993 la eligió para su trilogía Tres colores. “Apoyaba mucho a las mujeres directoras, y realmente me impulsó a dirigir y escribir”, dijo Delpy, que usó el dinero de sus trabajos como actriz para pagarse la carrera de cine en la Universidad de Nueva York. Para cuando conoció a Hawke y Linklater, había actuado en algunos filmes estadounidenses intrascendentes y se sentía totalmente frustrada. “No quería ser una beldad francesa carnosa”, me dijo Hawke. “Creo que se sentía atrapada por su belleza. Sus planes se frustraban. Los directores no querían contratarla porque era más inteligente que ellos”. Delpy se decepcionó por no obtener más trabajos después de Antes del amanecer, pero entiende por qué. “¿Voy a pasar dos horas en el gimnasio? No puedo; es aburrido. Siento que estoy perdiendo el tiempo. Soy más feliz ahora que cuando tenía 25 años. Me encontré verdaderamente a mí misma”. Esta declaración me recordó otra frase favorita en la película. Jesse le habla del sueño que tuvo en el que leía un libro que no existe. Cuando termina, Celine le dice: “Es tan gracioso que en tus sueños leas libros. ¡Yo sueño con héroes de acción! Soy un superhéroe que vuela y atraviesa paredes y al final tengo un orgasmo”.
La tira juvenil que protagonizan Peter Lanzani y Pablo Martínez estrenó en televisión con un buen promedio de rating. ¡Mirá las primeras imágenes!
"Seis jóvenes distintos pero con algo en común. Hoy los seis van a morir", decía una voz en off mientras presentaban a cada uno de los "Aliados".
Luego de tanta espera, "Aliados" debutó en televisión. Fue en la pantalla de Telefe y con la vuelta de Cris Morena a la producción en la pantalla chica.
Cuando el rating marcaba 11.4 empezó la ficción que protagonizan Peter Lanzani y Pablo Martínez y el debut de Oriana Sabatini (hija de Cathetine Fulop) y Nicolás Francella (hijo de Guillermo). Manuela "China" Viale, Jenny Williams, Lola Morán y Mariel Precosí, entre otros, completan el elenco.
El pico máximo de la tira juvenil fue de 19 puntos y fue cuando Juan Leyrado y Dolores Fonzi tomaron protagonismo de la escena en donde hablan de los seis jóvenes que perdieron la vida.
"Se terminó la humanidad, no hay más posibilidades y esos seis que elegiste me lo demuestran", comenzó él. Pero ella, con esperanza, retrucó: "Son seis vidas perdidas, sin esperanzas. Se que si las puedo cambiar, la humanidad tendrá esperanza".
"¿Cómo lo vas a hacer?" preguntó Leyrado. "Con la ayuda de Aliados", contestó segura Fonzi. "Te doy 105 días humanos para que se produzca un cambio. Sino, se anula el proyecto humano", advirtió él.
¡Así comenzó Aliados!
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