Ofrecen recompensa por violador condenado a 40 años que escapó
Se trata de Walter Brawton que huyó durante una vistia especial a su madre concedida por un juez de Morón. Pagarán 300 mil pesos por datos sobre su paradero.
Un hombre condenado a 40 años de prisión por una serie de violaciones escapó el 17 de agosto pasado durante una visita a su madre autorizada por un juez y ahora se ofrece una recompensa de 300 mil pesos por datos que sirvan para dar con su paradero.
El fiscal Carlos Oviedo, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 5 del Departamento Judicial de Morón ya solicitó a Interpol la captura internacional de Walter Alberto Brawton, de 42 años.
Según las fuentes, hacía dos años que el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 2 de Morón -el mismo que había condenado a este contador- le había otorgado al prisionero un permiso extraordinario para salir de la Unidad Penal 39 de Ituzaingó para ir a visitar una vez al mes a su madre enferma.
En la última de esta salidas, ocurrida el sábado 17 de agosto, Brawton fue custodiado por un efectivo del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) a ver a su mamá hasta la localidad de Mariano Acosta, partido de Merlo, donde se fugó. Los voceros judiciales y policiales procuran determinar si el prisionero eludió al efectivo penitenciario dándole un somnífero oculto en una empanada.
Tras la fuga, se inició una causa que quedó a cargo del fiscal Oviedo, quien ordenó la captura internacional de Brawton ya que lo considera un delincuente de suma "peligrosidad".
Paralelamente, desde el SPB se dispuso que las autoridades del penal de Ituzaingó sean separadas de su cargo mientras se investigan las circunstancias en las que ocurrió la fuga y que se inicie un sumario administrativo.
En 2009, Brawton fue condenado a 40 años de cárcel por seis hechos de "abuso sexual con acceso carnal agravado por el uso de arma", un caso de "abuso sexual con acceso carnal", otro de "abuso sexual agravado por el uso de arma en grado de tentativa"; y el restante por "abuso sexual con acceso carnal y agravado por el uso de arma en grado de tentativa".
El tribunal también le atribuyó nueve hechos de "rapto" a bordo de su auto Honda Civic y dio por acreditado que siempre utilizó preservativos y gel íntimo para consumar los abusos.
Los nueve hechos atribuidos al contador fueron cometidos el 5, 12, 14 y 26 de enero; el 7, 23 y 25 de febrero; y el 3 de marzo; todos en 2005; en Loma Hermosa, Merlo, San Alberto, Castelar, Moreno e Ituzaingó, en la zona oeste del conurbano, cuando las víctimas tenían entre 17 y 23 años.
Brawton, mientras cometía los ataques, vivía junto a su esposa y dos hijos en Marcos Paz y trabajaba como contador para una concesionaria de autos.
El condenado fue detenido por la policía el 3 de marzo de 2005, en Ituzaingó, cuando quiso abusar de una odontóloga y ésta se resistió a pedradas.
Una de las víctimas, tras conocerse el fallo dijo que siempre va a estar agradecida a esa mujer que se enfrentó a Brawton y permitió que lo apresaran.
"Cuando la conocí en el juicio lo primero que hice fue abrazarla y decirle `gracias, gracias`, porque por ella esta basura está presa y no va a salir más", indicó en su momento la joven. Sobre cómo la atacó Brawton, la joven contó: "Me agarró a la mañana, a tres cuadras de casa. Estaba fuera del auto, con el capó abierto como si algo le pasar al auto".
El fiscal Carlos Oviedo, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 5 del Departamento Judicial de Morón ya solicitó a Interpol la captura internacional de Walter Alberto Brawton, de 42 años.
Según las fuentes, hacía dos años que el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 2 de Morón -el mismo que había condenado a este contador- le había otorgado al prisionero un permiso extraordinario para salir de la Unidad Penal 39 de Ituzaingó para ir a visitar una vez al mes a su madre enferma.
En la última de esta salidas, ocurrida el sábado 17 de agosto, Brawton fue custodiado por un efectivo del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) a ver a su mamá hasta la localidad de Mariano Acosta, partido de Merlo, donde se fugó. Los voceros judiciales y policiales procuran determinar si el prisionero eludió al efectivo penitenciario dándole un somnífero oculto en una empanada.
Tras la fuga, se inició una causa que quedó a cargo del fiscal Oviedo, quien ordenó la captura internacional de Brawton ya que lo considera un delincuente de suma "peligrosidad".
Paralelamente, desde el SPB se dispuso que las autoridades del penal de Ituzaingó sean separadas de su cargo mientras se investigan las circunstancias en las que ocurrió la fuga y que se inicie un sumario administrativo.
En 2009, Brawton fue condenado a 40 años de cárcel por seis hechos de "abuso sexual con acceso carnal agravado por el uso de arma", un caso de "abuso sexual con acceso carnal", otro de "abuso sexual agravado por el uso de arma en grado de tentativa"; y el restante por "abuso sexual con acceso carnal y agravado por el uso de arma en grado de tentativa".
El tribunal también le atribuyó nueve hechos de "rapto" a bordo de su auto Honda Civic y dio por acreditado que siempre utilizó preservativos y gel íntimo para consumar los abusos.
Los nueve hechos atribuidos al contador fueron cometidos el 5, 12, 14 y 26 de enero; el 7, 23 y 25 de febrero; y el 3 de marzo; todos en 2005; en Loma Hermosa, Merlo, San Alberto, Castelar, Moreno e Ituzaingó, en la zona oeste del conurbano, cuando las víctimas tenían entre 17 y 23 años.
Brawton, mientras cometía los ataques, vivía junto a su esposa y dos hijos en Marcos Paz y trabajaba como contador para una concesionaria de autos.
El condenado fue detenido por la policía el 3 de marzo de 2005, en Ituzaingó, cuando quiso abusar de una odontóloga y ésta se resistió a pedradas.
Una de las víctimas, tras conocerse el fallo dijo que siempre va a estar agradecida a esa mujer que se enfrentó a Brawton y permitió que lo apresaran.
"Cuando la conocí en el juicio lo primero que hice fue abrazarla y decirle `gracias, gracias`, porque por ella esta basura está presa y no va a salir más", indicó en su momento la joven. Sobre cómo la atacó Brawton, la joven contó: "Me agarró a la mañana, a tres cuadras de casa. Estaba fuera del auto, con el capó abierto como si algo le pasar al auto".
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