Alto voltaje: La Leona arrancó con escenas de sexo y un desnudo total de Pablo Echarri
Con picos de 17 puntos de rating -dejando atrás a su competencia directa Los ricos no piden permiso- arrancó la propuesta de la productora El Árbol
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La Leona era una de las propuestas televisivas más esperadas de este 2016. Sea por el reencuentro en pantalla de la pareja de Los buscas (y de la realidad desde entonces), Nancy Dupláa y Pablo Echarri , o por el "boicot" que se promovió por Twitter por ser los protagonistas conocidos militantes kirchneristas. La novela de la productora El Árbol arrancó con 15 minutos de retraso y logró romper la grieta (al menos durante una hora). Alcanzó picos de 17 puntos de rating en su primer capítulo. Aunque claro, las opiniones se hicieron sentir en Twitter. Incluso antes de su emisión, el mismo presidente Mauricio Macri les deseó suerte a sus integrantes en el estreno.
Con un argumento que busca situarse en un contexto de protesta y folklore nacional, La Leona cuenta la historia de María Leone, una costurera y madre de dos hijos, que se crió en el barrio La hilada y que nació en la fábrica textil donde trabaja. Ella es quien relata cómo surgió el lugar y lo que representa para el barrio Samuel Liberman, un inmigrante de Polonia que fundó la fábrica para cumplir un sueño. Una voz en off va retratando el pasado y un material audiovisual en blanco y negro termina de dar un pantallazo del valor sentimental que ella -"la leona"- le da a ese espacio. También aparecen imágenes de Liniers, Evita y Frida Kahlo. Para caracterizarla, una canción interpretada por Miss Bolivia que hace hincapié en la lucha, porque todo se trata de lucha. Para este papel, Nancy Dupláa parece haber tomado un poco de Tiempo entre costuras, la serie española basada en el best seller de María Dueñas, en donde su protagonista es justamente una costurera, pero desde un costado bien argento. Comparado al culebrón de El Trece, Los ricos no piden permiso, los malos están por fuera de la casa. Nancy juega con su escote (algo muy comentado en Twitter) y con la emancipación de Fabián (Diego Alonso) un marido que no sólo no la merece sino que está al borde la violencia de género -al menos en una de las escenas del principio- a liberar su propia batalla con quien haga falta. Ni el dueño de la textil, Klaus Miller (Miguel Ángel Solá), ni el nuevo gerente de Recursos Humanos (Pablo Echarri) la detienen. Y ahí, como línea conectora, surge el carnaval. Quizá el desafío de Dupláa sea sostener esta mujer fuerte a lo largo de los capítulos y no caer en ningún estereotipo de trabajadora que se como las "s".
En paralelo surge la antítesis de María, un hombre que con traje y compañías que parecen superficiales (Mónica Antonópulos -Julia Irigoyen- y Ludovico Di Santo -Alex Arizmendi-) se encarga del negocio sucio, de vaciar empresas y de dejar gente en la calle. Él es Franco Uribe (Echarri) y está secundado por dos colegas con quienes compartió pantalla en El Elegido -también de su productora El Árbol-. Para presentarlo, los guionistas (Pablo Lago y Susana Cardozo) eligieron una escena donde la contradicción parece ser el sentimiento más fuerte. Después de una noche de la que amanece desnudo y rodeado de mujeres, Franco se encierra en su habitación atormentado. Es ahí cuando recibe el llamado de Klaus Miller y la trama empieza a dejar pistas. Él quiere recuperar lo que es suyo y al parecer la fábrica Liberman tiene algo que ver con eso. Pero para adueñarse de ella, primero tiene que engañar al personaje que fue, sin duda, el más convincente de la noche: Miller. Interpretado por Solá, Klaus encarna al villano, que con cinismo y sin escrúpulos decide el destino de los otros. Con talento, el actor se pone en la piel de este empresario exitoso que tiene una familia que lo odia y que tiene una enfermedad que le irá sacando sus capacidades. Dato que decidió no compartir. De esta relación entre Uribe y Miller depende todo, es el punto de partida para que la historia encuentre el rumbo. ¿Es capaz Uribe de sumarse a la locura de Miller?
También están los herederos de Liberman que intentarán que la fábrica siga existiendo. Ellos son: Juan Gil Navarro (Gabriel Miller), Esther Goris (Diana Libernan, nieta de Samuel y mujer de Klaus) y Peter Lanzani (Brain Miller). La familia de Klaus trata de ponerle límites pero al menos por ahora él parece infalible. Hay que darle chances al personaje que encarna Peter Lanzani que en este capítulo todavía no mostró para dónde irá. El que sí lo hizo fue Gil Navarro quien de alguna manera será el custodio de las acciones de su padre. Los compañeros de la fábrica de María, que en gran parte es toda su familia, son los que abren las subtramas. Está Estela (Andrea Pietra), la amiga de la infancia, Rodrigo Cáceres (Marco Antonio Caponi), otro empleado que se debate entre Eugenia Leone (Dolores Fonzi), la hermana rea de la Leona que busca la manera de cambiar de vida y Carla Fiorito (Andrea Rincón), una compañera de trabajo que está sumamente enamorada de él. También están Pedro Leone (Hugo Arana), el padre de María, Charly Leone (Nico García) y el delegado gremial Coco Zanneti (Martín Seefeld). Cabe destacar dos papeles que pueden ser revelación. Por un lado, el de Nico García y por el otro, el de Rincón. El rol de rebelde y costurera sexy parecen sentarle bien, a pesar de todos los prejuicios que corrían contra ella antes de que arrancara la novela. Para completar el clan está Isabella (Patricia Palmer) que es la madre de Dupláa. Y como en tantas otras producciones nacionales, casi todos viven en la misma casa. Característica que le da un aire de familia italiana a la historia.
Dentro de los aciertos de esta propuesta se destaca la música, con temas de Miss Bolivia, Divididos ("Como un cuento" introdujo el primer encuentro a solas entre María y Franco) y algunos clásicos de carnaval. La estética también es un punto fuerte. Tanto la recreación del carnaval en la vereda como la secuencia en que los protagonistas se encuentran en la calle y se besan dan muestra de eso. Cabe destacar que a comparación de casi todas las producciones locales, no hubo que esperar para ver el beso de los protagonistas. Pero quizá lo que sostenga la atención del público sea la hipnotizante química que existe entre Dupláa y Echarri. Y si a eso le sumamos que son pareja en la vida real, La Leonaes el contexto ideal para que el actor despliegue toda su pasión en la pantalla. Quizá el máximo desafío que pueda encontrar la ficción sea no convertirse en un cliché, ni de los trabajadores de la fábrica, ni de la chica humilde que se enamora del poderoso. Pero por suerte, grabaron todos los capítulos antes de su estreno así que no hay riesgo de que el guión se modifique según el rating.
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