La estrategia del kirchnerismo para la Provincia

El oficialismo acusó el golpe de las PASO y ya idea la campaña para recuperar votos y apoyos perdidos. Los puntales, las propuestas y los debates girarán en torno a "lo hecho y lo que falta hacer".

La estrategia del kirchnerismo para la Provincia
No han pasado siquiera 72 horas desde que se supieron los resultados electorales pero la reacción oficial promete un tembladeral político. Han recibido el golpe y las señales son claras –lo dicen los propios por lo bajo, lo imaginan los opositores y lo ratificó el discurso de este miércoles de la presidente Cristina Fernández-, la estrategia es polarizar al extremo: o gana el kirchnerismo o vuelve lo peor del pasado.
Y para eso hay reuniones secretas –y no tanto- con todos los intendentes afines del conurbano. Hay que ajustar las clavijas, sobre todo desde que los rumores señalaron el posible alejamiento de algunos de ellos como Mario Ishii, de José C. Paz. "No se va nadie, eso son inventos de Clarín", dicen a viva voz, pero por lo bajo reconocen las reuniones y el pedido de un "esfuerzo extra".
La estrategia de agitar fantasmas no es novedosa e incluso la ha utilizado el oficialismo en otras ocasiones –con gran resultado, por cierto- como ante la derrota que le propinaraFrancisco De Narváez en las legislativas de 2009. Las fuentes consultadas porminutouno.com se referencian en aquella caída –y sobre todo en la remontada posterior- y son claras: no hay lugar para los tibios ahora. Y diferencian esta campaña con la que se realizó hasta el 11 de agosto. Si hasta aquí se trató de instalar el desconocido candidato, ahora serán más agresivos.
Con respecto a la instalación del intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, el oficialismo lo vive en términos positivos. "En ese sentido fue un éxito –dicen- porque arrancó con un 24% de intención de voto y un 50% de desconocimiento y terminó con un crecimiento de 5% en votos y más de 80% de conocimiento".
En relación a lo que viene se busca consolidar ese voto –por el silenciado temor de la fuga de votos tras la derrota- y lo que –entre propios- llaman como "evangelización" a través de ganar más espacios en la vía pública y los medios de comunicación. Lisa y llanamente, "de ganar votos".
Los encargados de ponerse la campaña al hombro serán la propia presidente –como quedó demostrado en el acto de este miércoles- y el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, que ha estado en campaña desde que confirmó su permanencia en el kirchnerismo contra los rumores de ruptura.
El eje será, nuevamente, el relato. La construcción y asociación de la idea de que Insaurralde es parte de "lo que se hizo y de lo que se hará". En esa línea irán apuntalando al candidato tanto Cristina como Scioli. Se habla de destacar la gestión de los tres –las medidas logradas- en oposición al caballito de batalla de Sergio Massa: la gestión.
También apostarán a descalificar al opositor. "Otros espacios dicen cualquier cosa porque es inverificable y no se tienen que hacer cargo a futuro", señalan. E insisten en la gestión.  Las próximas propuestas estarán apuntadas a la esquiva clase media y a los pedidos de seguridad: se avizora una discusión por ganancias y por la Policía Municipal en cada distrito de la Provincia.
Por Brian Majlin

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