JULIO CHAVEZ: "ME ECHARON DE UNA TELENOVELA POR MAL ACTOR"

Considerado como uno de los mejores actores del país, el protagonista de "Farsantes" habló sobre su vuelta a la tira diaria y el prejuicio hacia el género rosa. "Nunca lo consideré como algo menor sino que me aleccionó en las primeras dificultades que tuve como intérprete", dijo aAhora, del diario Crónica.

Julio Chávez, todo un "farsante".
Actor y amante del oficio. Cada charla con él es una oportunidad única para escuchar y aprender. Director y docente de arte dramático, nunca se apura, se toma el tiempo necesario y busca las palabras precisas para transmitir lo que tiene en mente. Copa de vino en mano, Julio Chávez, el “farsante”, con las cámaras apagadas y el grabador prendido, se dispone a contestar.
‑¿Cómo te sentís trabajando en este proyecto?
‑Es una nueva aventura, algo diferente. Para mí la aventura más grande es la división que hay en este tema de los formatos, que no es tan grande como se supone. Hay una tendencia a la difer e n c i a c i ó n muy fuerte. La comprendo pero no estoy de acuerdo en que sea una situación inmodificable.
‑¿Es un desafío?
‑Sí, porque pone a prueba las herramientas y el entendimiento del oficio de cada uno. En definitiva, te pone en jaque sobre cómo tenés tu cocina, cómo entendés el trabajo, cuáles son los elementos que tenés y no tiene por qué ser la tira la responsable de que en tu cocina haya menos elementos. El responsable es el intérprete.
‑Griselda Siciliani dijo que sos el que más se preparó
‑Eso lo dijo para mandarme al muere (risas). Me estoy preparando como todos, y sin lugar a dudas tengo una estrategia para hacerlo. Me compré libros de Derecho que los mismos abogados me dijeron que nunca leyeron. Es parte del aprendizaje, uno cree que todo está mucho más lejos. No tiene que ver con que las cosas estén más lejos, sino que hay que saber qué caminito hacer para llegar a un cierto espacio. Yo le mando a un abogado todos los libretos de “Farsantes” y él me envía por mail algunas aclaraciones y nunca exceden los ocho o nueve puntos.
‑¿Por qué lleva ese título?
‑Se llama así porque somos seres humanos. En el programa van a ver que los farsantes no son sólo los abogados, todos los personajes lo son. Para mí el ser humano es un farsante aun cuando quiere ser verdadero. De entrada, la ropa que cada uno tiene es una farsa, nosotros no somos así. Uno de los temas del hombre es la obligatoriedad de presentarse ante el otro con una careta. Todos los signos sociales que tenemos son una farsa porque no comunican la totalidad de lo que es la experiencia de un ser humano.
‑Hablaste de los diferentes géneros, ¿creés que hay un prejuicio hacia la telenovela?
‑Sin lugar a dudas, es una opinión. Y en este año 2013 estoy en condiciones de decir: “Señores no es así”. A los 18 años me echaron de una telenovela por mal actor. Y son pocos los actores que fueron echados de una novela. Tenían razón, yo no estaba en condiciones de resolver los problemas que se me estaban presentando con el libreto. Y juré volver cuando tuviese herramientas para hacerlo. Lejos está la telenovela de ser un peldaño menor. Para mí, la historia de vida es lo más importante que tengo que venir a resolver.
‑¿Cuál fue la novela de la que te echaron?
‑Creo que fue “Ser un hombre”. Pasaron 38 años de esto.
‑¿Por eso estuviste mucho tiempo haciendo otros trabajos fuera del género?
‑Sí, porque a mí me pasó algo muy particular. Cuando veía esa telenovela, me parecía que los actores no podían resolver el problema, pero sabía que yo tampoco lo hacía bien. Entonces pensé que iba a tener que encontrar una manera de intentarlo. Y fui a buscar a otros lugares algunas herramientas. Nunca consideré el espacio como algo menor, sino que me aleccionó en las primeras dificultades que tuve como actor. La telenovela me dijo: “Te echo, volvé cuando puedas resolver con la actuación los problemas que acá se presentan”. Nunca me resentí porque no lo consideré el único espacio.
‑¿Sos tu crítico número uno?
‑Y mi protector número uno.
‑¿Qué te pasa cuando te dicen que sos el mejor actor?
‑No lo creo, porque he visto actores extraordinarios, que no los conoce nadie. Uno dice: “Dios mío lo que es ese instrumento”. Soy un hombre amante de lo que hace, con cierto conocimiento de su oficio y con la suerte de poder articular en un medio lo que hace. Significa que estoy en una circunstancia determinada en la cual puedo mostrar lo que hago y parece ser que no va mal. Pero me encanta el concepto “el mejor”, y me ocupo de ser el mejor. De esa fantasía, porque tengo 56 años y pertenezco a una generación en la que el tema era estar entre los tres primeros que tienen 10. A mí eso me quedó grabado, hay que apurarse y ser primero (risas).
‑¿En el rating también querés ser el mejor?
‑No, porque es un tema particular, en el cual comprendo que no tengo nada que hacer. Para mí, es como si llueve o no. Vas a hacer un asado y querés que el día esté lindo, pero de pronto se cierran las nubes y te dicen que hay que suspenderlo, y vos decís: “Por qué”.
‑¿Te costó aceptar hacer una tira diaria?
‑No es casualidad que haya aceptado. Hubiera podido tomar la decisión de no hacerlo. Adrián (Suar) se presentó en Mar del Plata en el verano y me preguntó: “¿Existe la posibilidad de que transformemos esto en una telenovela?”. Y le respondí al toque: “Sí”. Se quedó pasmado, porque pensaba que yo tenía algún prejuicio con ese formato, pero no es así.
‑¿Aprendiste algo del manejo de la Justicia?
‑Estoy empezando a comprender que la ley es un asunto y la Justicia es otro. La ley es como la gran frase: “Sé feliz”. Y después está el hombre con esa máxima en la cabeza tratando de construir una vida que exprese ese término. Y a la Justicia le toca construir escenas entre nosotros que articulen lo que las leyes dicen.
‑¿Tenés pensado algún proyecto para teatro este año?
‑Terminé de hacer “La cabra”, descanso unas dos semanas y empiezo a estudiar paralelamente el texto de “Red”. Tengo la suerte de haberlo convencido a Daniel Barone y va a ser la primera obra que él dirija en el Paseo La Plaza. Están buscando a mi otro compañero, porque la historia se basa en dos pintores, uno viejo y otro joven. Parece que me va a tocar el más grande.
‑¿Fecha de estreno?
‑El 14 de enero.
‑¿Te llegaron otras propuestas?
‑Me llegó la posibilidad de hacer “En terapia”. Un proyecto que hubiese amado hacer con Daniel Barone en la dirección, pero él no podía. Y después tuve una conversación para trabajar en Telefe, contesté que este año no era posible pero que más adelante sí.

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